Los partidos venden su producto con operaciones de marketing. Primero se reunen en privado, deciden, se posicionan, se definen, y con el producto final salen al espacio público. Todos los miembros del partido defienden un mismo producto aunque no crean en sus detalles; si no lo hacen o muestran síntomas de duda en público es porque son malos compañeros y hacen que el partido este desunido.
Aquí estamos para saltar estos límites: que lo que se vea en el blog siga siendo siempre producto sin terminar, que se nos vean las costuras, que el partido ande casi siempre indefinido. Que la disidencia interna no sea secreta. Yo propongo que los asuntos del partido no se traten por email, sino por el blog. A cara descubierta.
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